Si, bien, siempre intentamos que todo el mundo que viene a nuestro estudio esté a gusto y se lo pase bien, mucho más los niños pequeños. Ellos no eligen la hora de la foto o la ropa que ponerse, sin embargo, sí cómo irá la sesión fotográfica. La verdad es que las hemos tenido largas, con sueño, con hambre, con alguna lágrima o con «mamitis aguda». Pero, al final, el resultado siempre es adorable. Y es que los niños, niños son, y posar no tiene que ser lo suyo pero sí jugar. Nosotros nos encargamos de que ese juego sea una foto para los orgullosos papás.